Al cuerpito de Mercedes Figueroa lo
encontraron a unos pocos metros de su humilde casa; una de tantas casas humildes
de uno de tantos barrios humildes de Tucumán. Está claro, no hay palabras que puedan explicar el aberrante crimen de una niña de seis años. Sin embargo,
en medio del estupor y la indignación de toda una sociedad que busca entender
qué pasó, la senadora Beatriz Rojkés encuentra una explicación lógica a la
muerte de esa pobre alma. Lo que la senadora dice es que los padres de la niña
son unos borrachos irresponsables que permiten que su hija juegue en la vereda
a las seis de la tarde. Ellos son culpables.
Lo que a la senadora nacional le
faltó decir es que esos padres irresponsables se emborrachan con el dinero de
los planes sociales que paga el Estado, que esa gente elige vivir como pobre
porque no les gusta trabajar, que se trata de gente vaga y llena de vicios como
las montoneras gauchas del siglo XIX o los indios que exterminó Julio Argentino
Roca en la conquista del desierto, que son la reencarnación de la barbarie que
denunció Sarmiento, que son negros de piel y de alma que prefieren la vida fácil
de la delincuencia a un trabajo digno, que las mujeres optan por prostituirse
porque son putas a quienes les da placer coger por dinero, que se reproducen
como animales para sumar mendigos a las calles, que son salvajes, incultos,
violentos, enfermos, sucios, feos; que ellos son los culpables de todos los
males de la sociedad.
Todo eso le faltó decir a Beatriz
Rojkés; quizás porque la senadora no siempre dice todo lo que piensa.
La senadora, al ser torpe, siempre dice lo que piensa y comete estos deslices. Pero insisto, siempre dice lo que piensa, aunque no quiera hacerlo, se le escapa... como ahora.
ResponderEliminarCoincido con Caco. Es torpe y me avergüenzo del cargo que ocupa y de que sea la tercera en la línea presidencial.
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